Es mucho lo que se ha escrito acerca de la historia del vino albariño y la uva a partir de la cual se elabora bajo la Denominación de Origen Rías Baixas. Sobre su origen hay varias teorías que apuntan al origen foráneo de la uva, más la que recientemente sostiene que se trata de una variedad autóctona de Galicia y el norte de Portugal.
El origen del vino albariño
La teoría clásica sobre la historia del vino albariño señala que la uva fue introducida en el siglo XII de mano de los monjes del Císter en su peregrinaje a Santiago de Compostela. Fue el gran Álvaro Cunqueiro el impulsor de esta teoría, que le daba porte y belleza a la historia.
La segunda hipótesis apuesta por que la uva albariño llegó un siglo antes, cuando Raimundo de Borgoña vino a España para contraer matrimonio con doña Urraca.
Una tercera versión sitúa el origen de la uva en Grecia, desde donde fue llevada a Galicia en los barcos ingleses que desembarcaban en Portugal.
Por último, la cuarta teoría sostiene que la uva podría haber llegado procedente del valle del Rin o incluso de Centroeuropa, con la invasión y posterior asentamiento de los pueblos germanos (suevos y visigodos), allá por el siglo V.
Sin embargo, las últimas investigaciones científicas apuntan al origen autóctono como hipótesis más factible. No sabemos si los productores y distribuidores de vino Albariño en España preferirían seguir dotando de un cierto halo de misterio a este caldo tan apreciado dentro y fuera de nuestras fronteras. Lo cierto es que los gallegos sienten esta uva como propia.
La producción de albariño y su expansión mundial
A partir de los años 60 del siglo pasado se comenzó a recuperar la uva, si bien la producción era escasa y artesanal. Su gran aceptación hizo que en poco tiempo se pasara de 14 a 183 bodegas inscritas en la D.O. Rías Baixas, desde su creación en 1988.
Hoy el vino albariño es fundamental en toda carta de restaurantes, vinotecas y tiendas gourmet. Su aceptación es siempre muy buena para los comensales, amantes de este vino blanco por sus excelentes características. De ello dan fe tanto la producción actual de esta cepa, que alcanzó los 32 millones de kilos de uva en 2015, como los 22 millones de litros de albariño que se elaboran bajo el sello de la DO Rías Baixas.
De hecho, Estados Unidos y el Reino Unido son los principales importadores a nivel mundial. Allí se puede encontrar en los restaurantes más cosmopolitas servido como aperitivo, por ser un caldo fácil de beber, fresco, suave y aromatizado.
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